Lima, 14 de Septiembre de 2006
La amazonia peruana tiene sus encantos, sus riquezas y sus misterios. Fluyen por igual el comercio, el turismo y el narcotráfico. En esos mismos parajes escondidos de nuestra frontera con Colombia y Brasil, un numeroso grupo de peruanos –que algunos estiman en 5,000- están sumidos en la pobreza y el hambre, abandonados por el Estado, algunos de ellos presos en precarias cárceles y otros que, con triple cédula de identidad, se recursean diariamente en mercadillos, hotelitos, pequeños negocios y la prostitución.
Ese corredor entre Leticia, Santa Rosa y Tabatinga es un pequeño gran mundo para estos compatriotas que cambian la bandera del país en busca de comida, educación y otra oportunidad para su vida. Allí se codean con los efectivos de nuestras fuerzas armadas y la policía, pero sortean el río y agrestes vegetaciones, burlan a vigías de vista gorda y casi imaginarios puestos fronterizos. Son mutantes culturales, bilingües con el “portuñol”, mil oficios por necesidad.
Abandonados a su suerte, sin escuela pública, sin médicos, sin agua potable, sin comunicación, casi parásitos de las zonas bajas de los ríos en donde discurren aguas negras, esos peruanos que sólo son considerados como estadística en el flujo migratorio, son hoy apátridas obligados por una cruda realidad. No hay política de fronteras, que incluya el desarrollo de la agricultura, silvicultura, artesanía o pequeñas industrias. Tampoco hay, ni remotamente, una verdadera política migratoria que los ampare cuando ya están al otro lado de la frontera.
Cuando en su mensaje al país el 28 de Julio el Presidente Alan García se refirió a que en los últimos cinco años “un millón han partido al extranjero, reduciendo así el número de pobres dentro del país, esa es la verdad” ahondó la expectativa de miles de peruanos desempleados y desesperados que se someten a los más inimaginables vejámenes de traficantes de personas que los entregan a hacendados bananeros o mineros inescrupulosos en Ecuador o que caen en manos de narcotraficantes que operan en la selva, para citar algunos casos.
Por ahora sólo hay expectativa, sin respuesta real de los sectores y organismos estatales. Ninguno ha asimilado el guantazo presidencial. Tampoco hay noticias sobre el reglamento del Decreto Legislativo N° 703 del 05 de noviembre de 1991 ("Ley de Extranjería”) y que, por supuesto, ya desfasado por los últimos cambios en el mundo, sobre todo desde el 11S y las nuevas medidas migratorias aprobadas por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón.
Mientras el Estado va despertando de su letargo, es saludable conocer que un grupo de compatriotas y mejor aún, algunos amigos extranjeros, actuando como agentes de Pastoral de la Movilidad Humana de la Iglesia Católica, acogen y protegen en las zonas fronterizas y hasta en las grandes capitales de América Latina y el mundo entero, a los peruanos que han salido del país por un mejor futuro, pero que en su proceso de inserción pasan más de una peripecia, y se exponen a xenófobos y diversas formas de discriminación.
En esa tarea anónima, en pleno corazón de la amazonía están en primera fila Adriana Huerta, mexicana y los colombianos Nelcy Jaimes y el Padre Gonzalo Franco, quienes de manera conjunta asisten en lo que está a su alcance a los peruanos que cruzan la frontera, haciendo de asesores espirituales, médicos, abogados, docentes, todo en uno, enfrentándose a veces a ese inexpugnable grupete de burócratas que sólo preguntan qué vas a hacer para oponerme.
Loable esfuerzo de estos ciudadanos aunque no alcanza para extender la mano a esos 2,5 millones de peruanos que están fuera. Si bien muchos en buena situación económica, que pueden enviar remesas por 2,000 millones de dólares al año, la mayoría está sin documentos en regla, no tienen residencia fija, subsisten sin seguro social, sin convalidación de estudios, cobrando remuneraciones por debajo del sueldo mínimo en el país de destino, sin asistencia médica. Es decir, sobreviviendo.
Ante el vertiginoso aumento de peruanos que se van del país, y que en muchos casos terminan siendo indigentes en otros, hay la urgencia de una respuesta conjunta del Estado y las instituciones tutelares. El fenómeno migratorio es grave, trasunta el tema económico; es de impresionante impacto en la integración familiar y, más aún en la autoestima nacional.
Además, es obligación del Estado proteger y defender a sus nacionales dentro y fuera de su territorio. La migración, en consecuencia, debe ser incluida como tema prioritario en la agenda pendiente del segundo Gobierno del Presidente García.
Publicado en el Informe 2006
Departamento Pastoral de la Movilidad Humana, Lima, Perú
www.pastoralmigrantes-peru.org
jueves, 14 de septiembre de 2006
martes, 12 de septiembre de 2006
A LA MEMORIA DE JAIME AYALA SULCA
TESTIMONIO
Lima, 12 de septiembre de 2006
Escuchaba una entrevista de César Hildebrandt a la viuda del desaparecido colega Jaime Ayala Sulca, señora Rosa Pallqui Medina y sentí esa conocida y extraña sensación de la impotencia: Cómo es posible que desde 1984 hasta la fecha la familia de Jaime siga padeciendo el dolor de no sólo no dar con los restos del colega, sino que ahora va a tener que enfrentar una muralla legal que defenderá, sin rubor y a sangre fría, al autor de su muerte, el autodenominado "Comandante Camión".
Realmente da coraje que ni el Informe de la Comisión de la Verdad pueda contribuir a poner las cosas en su lugar. Que el Estado niegue al propio Estado. Que los alevosos crímenes cometidos en nombre de la paz y del restablecimiento del estado de Derecho queden impunes. Que el dolor de su muerte no pueda ser mitigado siquiera con las disculpas del Estado oficial ni con una condena ejemplar.
Conocí a Jaime Ayala pocas horas antes de su desaparición, en medio de un cuadro lúgubre en el Cementerio de Huanta, con cuerpos descuartizados, putrefactos, con llantos desconsolados, rostros de angustia y terror. Era una decena de víctimas de un enfrentamiento, dizque, entre comuneros, cuyos sobrevivientes cargaron sus muertos hasta el precario velatorio de ese pueblo signado por la violencia terrorista, pero también por el abuso militar.
Agazapado en su propio miedo, pero convencido de su papel, Jaime nos abordó en este escenario. No sé si el camarógrafo era Lucho Loayza, pero cubríamos entonces para el programa Conexiones que dirigía y conducía Hildebrandt en Canal 5. El valiente corresponsal de La República tenía una información de primera: en las afueras de Huanta se había encontrado una fosa común, con por lo menos 18 cadáveres.
En realidad, como ocurría con los reporteros que anduvimos por las alturas de Ayacucho, Huancavelica o Apurímac en las épocas más temibles que enfrentamos los peruanos, Jaime buscaba aliados para llegar hasta la agreste zona de la "fosa común". Minutos después en el mismo cementerio de Huanta nos "entrevistaron" -para decirlo de mejor forma- dos barbados efectivos de la ex PIP, que decían trabajar para la Fiscalía Provincial, confirmando el dato de Ayala.
Después de una trifulca en la que casi nos matan a balazos los "tiras" que de verdad desconocían que habíamos sido invitados a conocer la fosa maldita, Jaime, el camarógrafo, un adolescente que conducía la camioneta en donde íbamos, y quien escribe la nota, presenciamos con estupor las imágenes más tristes y terribles del momento. El intenso sol serrano iluminaba los restos irreconocibles y la polvareda levantada por las palas desenterradoras, hacían irrespirable el ambiente ya enrarecido por el hedor de la muerte.
Esta vendría a ser la primera fosa común que se daría a conocer al público, sólo que fue silenciada convenientemente por las autoridades de ese entonces y mi material en video, en donde aparecía Jaime Ayala, terminó en el escritorio de Genaro para evitar su difusión. Jaime fue desaparecido a la mañana siguiente de los hechos, mientras yo retornaba a Lima con la primicia silenciada. Días después sería imposible evitar la aparición de más fosas y entonces los aparatos de maquillaje elaboraron las estrategias para difundir “las primicias” con libreto preestablecido. Hildebrandt renunció a Canal 5 poco después, los reporteros nos quedamos sin empleo y los deudos de Ayala comenzaron su vía crucis.
También Hildebrandt increpó en radio San Borja por qué no se pone el nombre de Jaime Ayala Sulca a algún lugar público o algo así para rendirle un permanente homenaje.
Sería lo correcto, pero en un país tan ingrato, olvidadizo y discriminador como el nuestro es casi un imposible. Peor cuando hoy algunos se pelean por ser más "héroes" que otros y algunos rimbombantes apellidos se disputan por un parque sanisidrino.
Finalmente, una confesión de parte. He tratado de limpiar mis penas, silenciosamente, por la desaparición de Jaime, este incondicional y aguerrido guía como muy pocos en el periodismo peruano, yendo a Huanta por tierra más de una vez, y he sido gratificado viendo reverdecer algunos de sus campos y el pueblo laborioso levantando y modernizando la zona.
Cuando fungí de burócrata en el Banco de la Nación, pude lograr -por la memoria de mi colega, pero guardándome el secreto hasta hoy- que el directorio disponga la construcción de un local propio y amplio como agencia para la provincia. Fue inaugurado el 15 de septiembre de 1997, en ceremonia pública, con todos los gerentes del banco como nunca ha ocurrido, con trago, banda militar y baile popular, a la usanza pueblerina.
Jaime, ¿cuándo descansarás en paz?
Por Miguel Ángel Risco
Publicado el 18.09.06 en Crónica Viva (http://www.cronicaviva.com.pe) y Adehr Perú (http://www.adehrperu.org) y el 04.10.06 en el blog de Boris Ayala (http://borisayala.blogspot.com).
Lima, 12 de septiembre de 2006
Escuchaba una entrevista de César Hildebrandt a la viuda del desaparecido colega Jaime Ayala Sulca, señora Rosa Pallqui Medina y sentí esa conocida y extraña sensación de la impotencia: Cómo es posible que desde 1984 hasta la fecha la familia de Jaime siga padeciendo el dolor de no sólo no dar con los restos del colega, sino que ahora va a tener que enfrentar una muralla legal que defenderá, sin rubor y a sangre fría, al autor de su muerte, el autodenominado "Comandante Camión".
Realmente da coraje que ni el Informe de la Comisión de la Verdad pueda contribuir a poner las cosas en su lugar. Que el Estado niegue al propio Estado. Que los alevosos crímenes cometidos en nombre de la paz y del restablecimiento del estado de Derecho queden impunes. Que el dolor de su muerte no pueda ser mitigado siquiera con las disculpas del Estado oficial ni con una condena ejemplar.
Conocí a Jaime Ayala pocas horas antes de su desaparición, en medio de un cuadro lúgubre en el Cementerio de Huanta, con cuerpos descuartizados, putrefactos, con llantos desconsolados, rostros de angustia y terror. Era una decena de víctimas de un enfrentamiento, dizque, entre comuneros, cuyos sobrevivientes cargaron sus muertos hasta el precario velatorio de ese pueblo signado por la violencia terrorista, pero también por el abuso militar.
Agazapado en su propio miedo, pero convencido de su papel, Jaime nos abordó en este escenario. No sé si el camarógrafo era Lucho Loayza, pero cubríamos entonces para el programa Conexiones que dirigía y conducía Hildebrandt en Canal 5. El valiente corresponsal de La República tenía una información de primera: en las afueras de Huanta se había encontrado una fosa común, con por lo menos 18 cadáveres.
En realidad, como ocurría con los reporteros que anduvimos por las alturas de Ayacucho, Huancavelica o Apurímac en las épocas más temibles que enfrentamos los peruanos, Jaime buscaba aliados para llegar hasta la agreste zona de la "fosa común". Minutos después en el mismo cementerio de Huanta nos "entrevistaron" -para decirlo de mejor forma- dos barbados efectivos de la ex PIP, que decían trabajar para la Fiscalía Provincial, confirmando el dato de Ayala.
Después de una trifulca en la que casi nos matan a balazos los "tiras" que de verdad desconocían que habíamos sido invitados a conocer la fosa maldita, Jaime, el camarógrafo, un adolescente que conducía la camioneta en donde íbamos, y quien escribe la nota, presenciamos con estupor las imágenes más tristes y terribles del momento. El intenso sol serrano iluminaba los restos irreconocibles y la polvareda levantada por las palas desenterradoras, hacían irrespirable el ambiente ya enrarecido por el hedor de la muerte.
Esta vendría a ser la primera fosa común que se daría a conocer al público, sólo que fue silenciada convenientemente por las autoridades de ese entonces y mi material en video, en donde aparecía Jaime Ayala, terminó en el escritorio de Genaro para evitar su difusión. Jaime fue desaparecido a la mañana siguiente de los hechos, mientras yo retornaba a Lima con la primicia silenciada. Días después sería imposible evitar la aparición de más fosas y entonces los aparatos de maquillaje elaboraron las estrategias para difundir “las primicias” con libreto preestablecido. Hildebrandt renunció a Canal 5 poco después, los reporteros nos quedamos sin empleo y los deudos de Ayala comenzaron su vía crucis.
También Hildebrandt increpó en radio San Borja por qué no se pone el nombre de Jaime Ayala Sulca a algún lugar público o algo así para rendirle un permanente homenaje.
Sería lo correcto, pero en un país tan ingrato, olvidadizo y discriminador como el nuestro es casi un imposible. Peor cuando hoy algunos se pelean por ser más "héroes" que otros y algunos rimbombantes apellidos se disputan por un parque sanisidrino.
Finalmente, una confesión de parte. He tratado de limpiar mis penas, silenciosamente, por la desaparición de Jaime, este incondicional y aguerrido guía como muy pocos en el periodismo peruano, yendo a Huanta por tierra más de una vez, y he sido gratificado viendo reverdecer algunos de sus campos y el pueblo laborioso levantando y modernizando la zona.
Cuando fungí de burócrata en el Banco de la Nación, pude lograr -por la memoria de mi colega, pero guardándome el secreto hasta hoy- que el directorio disponga la construcción de un local propio y amplio como agencia para la provincia. Fue inaugurado el 15 de septiembre de 1997, en ceremonia pública, con todos los gerentes del banco como nunca ha ocurrido, con trago, banda militar y baile popular, a la usanza pueblerina.
Jaime, ¿cuándo descansarás en paz?
Por Miguel Ángel Risco
Publicado el 18.09.06 en Crónica Viva (http://www.cronicaviva.com.pe) y Adehr Perú (http://www.adehrperu.org) y el 04.10.06 en el blog de Boris Ayala (http://borisayala.blogspot.com).
viernes, 8 de septiembre de 2006
ALGO HUELE MAL EN LOS SEGUROS DEL ESTADO
BOLETIN DE ECONOMIA & CIFRAS
Nº 6, Lima, Septiembre del 2006
Algunos ministros y funcionarios del Gobierno del Presidente Alan García estarían siendo sorprendidos con adquisiciones de bienes y servicios en proceso, como en el caso de las pólizas de seguros, en donde se pone en juego más de 80 millones de dólares al año. Incluso, ante la eventualidad del Fenómeno del Niño, instituciones públicas del Sector Agrario y de infraestructura, como INADE, o de patrimonio en riesgo como PETROPERU, estarían próximas a contratar o renovar seguros sin la transparencia que se exige en estos casos.
En el Perú existen empresas aseguradoras de alta competitividad, cuyo prestigio parece ser incuestionable, como Rímac Internacional, El Pacífico, La Positiva y otras. Sin embargo, es en el campo de los corredores de seguros –personas naturales o jurídicas intermediarias para la contratación de las aseguradoras- en dónde existe la urgencia de aplicar medidas correctivas. En este campo una sóla empresa, Mariátegui JLT Corredores de Seguros, ha sido la principal favorecida durante los cinco años del Gobierno de Alejandro Toledo, al ser designada directamente a dedo o en convocatorias de dudosa transparencia, según nuestras fuentes.
Asimismo, señalan que un rápido recorrido por la página web de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) da una primera clarinada de alerta. Y en efecto, las cifras revelan un salto meteórico de Mariátegui JLT entre el 2001 y el 2005, registrando un crecimiento de 255% en sus ingresos operativos –por la intermediación en los seguros- como se demuestra en el cuadro siguiente:
AÑO INGRESOS S/.
2001 5´747,014
2002 7´234,572
2003 10´444,495
2004 13´629,278
2005 14´648,077
Obviamente este salto se explica por los jugosos contratos con el Estado, al haber llegado a concentrar el 70% de la intermediación de los seguros sobre todo de los Sectores Vivienda y Construcción, Transportes, Educación y Producción y empresas importantes como SEDAPAL, INADE, CORPAC, ENAPU y hasta el Consejo Nacional de Inteligencia.
En un mercado de libre competencia no tendría nada de malo las fortalezas de cualquier empresa, pero lo extraño es que los corredores de seguros hábiles a la fecha son 1,216 de acuerdo a la SBS: 202 empresas y 1,014 personas naturales registradas, la gran mayoría de las cuales ignoradas, extrañamente, por la burocracia. Nunca han sido contactadas ni invitadas a concursos o licitaciones, a pesar de que un grupo importante demuestra una alta perfomance de eficiencia y productividad en el mercado peruano, en donde los seguros van a superar los 1,000 millones de dólares este año.
VINCULOS POLITICOS
En los últimos dos meses, con el cambio de Gobierno, Mariátegui JLT ha logrado sumar las cuentas del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Banco de la Nación, mediante la influencia de personajes vinculados a líderes del Partido Aprista, según el comentario que circula en el sector, toda vez que no se permitió una mayor participación con ofertas más rentables y convenientes para el Estado.De ser así, y allí la labor de las entidades de control del gasto estatal, se estaría repitiendo la historia durante el Gobierno de Alejandro Toledo en donde era vox populi las cercanías de esa empresa al círculo íntimo del ex mandatario.
SIN TRANSPARENCIA
De acuerdo a un conjunto de observaciones de algunos intermediarios y auxiliares, la Superintendencia de Banca y Seguros también parecería una coladera porque estaría permitiendo que algunos ejecutivos de empresas corredores de seguros, de oscuro y cuestionable pasado, ejerzan funciones claves en estas empresas, lo cual enrarece más al mercado asegurador.
Uno de los casos más notables es la presencia de un ex gerente de El Sol Compañía de Seguros Generales, cuya extraña gestión precipitó su venta a La Nacional Compañía de Seguros, a la que sorprendieron con las cifras maquilladas de los estados financieros de aquella. Las normas vigentes impiden el ejercicio de funciones y el encargado del registro es la SBS.
Otros personajes habrían logrado hacerse nombrar como asesores de entidades estatales diseñando las bases de contratación ad-hoc, en una fina operación para beneficiar directamente a un corredor de seguros, pero sin mostrar un vínculo directo con la empresa contratada.
Otro tema de preocupación en el mercado, que atenta contra la sana competencia es que una sóla empresa sea al mismo tiempo corredora de seguros y corredora de reaseguros, con lo cual se producen “amarres” sutiles del negocio porque es más que evidente que por una tácita lealtad traslada la información de costos, condiciones y otros, a su matriz internacional. Este podría ser el caso de Mariátegui JLT.
Se trataría, entonces, de un cierre a priori del mercado para otras compañías de seguros y corredores de reaseguros que bien podrían presentar mejores ofertas en función del riesgo evitando lo que ocurre ahora, primas concentradas y no competitivas.
ALERTA AL NUEVO GOBIERNO
El presupuesto del Estado, constituido en gran parte por nuestros impuestos, debe ser vigilado puntualmente, especialmente en todo el proceso de adquisición de bienes y servicios. En el caso de los seguros, se impone la urgencia de aplicar un esquema óptimo que permita el acceso de todos los agentes involucrados en el sector para alentar precisamente la sana competencia y las mejores alternativas, como invoca uno de los principios básicos de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.
El problema es que parece que nada de esto está sucediendo. Por lo tanto, ahora que el nuevo gobierno está empeñado en una campaña de racionalización de gastos del sector estatal, transparencia en su gestión e independencia de grupos de poder, se espera que no caiga en los errores incurridos por la administración de Toledo y demuestre que efectivamente existe cambios positivos en la gestión gubernamental.
Gran noticia en ese sentido sería una convocatoria pública de los seguros a contratarse en breve, por ejemplo, en el Ministerio de Defensa, Ministerio del Interior y en las compras corporativas de seguros que plantea realizar el Estado.
© ECONOMIA&CIFRAS
Investigación, Análisis e Información Económica
Miguel Ángel Risco
Director
Nº 6, Lima, Septiembre del 2006
Algunos ministros y funcionarios del Gobierno del Presidente Alan García estarían siendo sorprendidos con adquisiciones de bienes y servicios en proceso, como en el caso de las pólizas de seguros, en donde se pone en juego más de 80 millones de dólares al año. Incluso, ante la eventualidad del Fenómeno del Niño, instituciones públicas del Sector Agrario y de infraestructura, como INADE, o de patrimonio en riesgo como PETROPERU, estarían próximas a contratar o renovar seguros sin la transparencia que se exige en estos casos.
En el Perú existen empresas aseguradoras de alta competitividad, cuyo prestigio parece ser incuestionable, como Rímac Internacional, El Pacífico, La Positiva y otras. Sin embargo, es en el campo de los corredores de seguros –personas naturales o jurídicas intermediarias para la contratación de las aseguradoras- en dónde existe la urgencia de aplicar medidas correctivas. En este campo una sóla empresa, Mariátegui JLT Corredores de Seguros, ha sido la principal favorecida durante los cinco años del Gobierno de Alejandro Toledo, al ser designada directamente a dedo o en convocatorias de dudosa transparencia, según nuestras fuentes.
Asimismo, señalan que un rápido recorrido por la página web de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) da una primera clarinada de alerta. Y en efecto, las cifras revelan un salto meteórico de Mariátegui JLT entre el 2001 y el 2005, registrando un crecimiento de 255% en sus ingresos operativos –por la intermediación en los seguros- como se demuestra en el cuadro siguiente:
AÑO INGRESOS S/.
2001 5´747,014
2002 7´234,572
2003 10´444,495
2004 13´629,278
2005 14´648,077
Obviamente este salto se explica por los jugosos contratos con el Estado, al haber llegado a concentrar el 70% de la intermediación de los seguros sobre todo de los Sectores Vivienda y Construcción, Transportes, Educación y Producción y empresas importantes como SEDAPAL, INADE, CORPAC, ENAPU y hasta el Consejo Nacional de Inteligencia.
En un mercado de libre competencia no tendría nada de malo las fortalezas de cualquier empresa, pero lo extraño es que los corredores de seguros hábiles a la fecha son 1,216 de acuerdo a la SBS: 202 empresas y 1,014 personas naturales registradas, la gran mayoría de las cuales ignoradas, extrañamente, por la burocracia. Nunca han sido contactadas ni invitadas a concursos o licitaciones, a pesar de que un grupo importante demuestra una alta perfomance de eficiencia y productividad en el mercado peruano, en donde los seguros van a superar los 1,000 millones de dólares este año.
VINCULOS POLITICOS
En los últimos dos meses, con el cambio de Gobierno, Mariátegui JLT ha logrado sumar las cuentas del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Banco de la Nación, mediante la influencia de personajes vinculados a líderes del Partido Aprista, según el comentario que circula en el sector, toda vez que no se permitió una mayor participación con ofertas más rentables y convenientes para el Estado.De ser así, y allí la labor de las entidades de control del gasto estatal, se estaría repitiendo la historia durante el Gobierno de Alejandro Toledo en donde era vox populi las cercanías de esa empresa al círculo íntimo del ex mandatario.
SIN TRANSPARENCIA
De acuerdo a un conjunto de observaciones de algunos intermediarios y auxiliares, la Superintendencia de Banca y Seguros también parecería una coladera porque estaría permitiendo que algunos ejecutivos de empresas corredores de seguros, de oscuro y cuestionable pasado, ejerzan funciones claves en estas empresas, lo cual enrarece más al mercado asegurador.
Uno de los casos más notables es la presencia de un ex gerente de El Sol Compañía de Seguros Generales, cuya extraña gestión precipitó su venta a La Nacional Compañía de Seguros, a la que sorprendieron con las cifras maquilladas de los estados financieros de aquella. Las normas vigentes impiden el ejercicio de funciones y el encargado del registro es la SBS.
Otros personajes habrían logrado hacerse nombrar como asesores de entidades estatales diseñando las bases de contratación ad-hoc, en una fina operación para beneficiar directamente a un corredor de seguros, pero sin mostrar un vínculo directo con la empresa contratada.
Otro tema de preocupación en el mercado, que atenta contra la sana competencia es que una sóla empresa sea al mismo tiempo corredora de seguros y corredora de reaseguros, con lo cual se producen “amarres” sutiles del negocio porque es más que evidente que por una tácita lealtad traslada la información de costos, condiciones y otros, a su matriz internacional. Este podría ser el caso de Mariátegui JLT.
Se trataría, entonces, de un cierre a priori del mercado para otras compañías de seguros y corredores de reaseguros que bien podrían presentar mejores ofertas en función del riesgo evitando lo que ocurre ahora, primas concentradas y no competitivas.
ALERTA AL NUEVO GOBIERNO
El presupuesto del Estado, constituido en gran parte por nuestros impuestos, debe ser vigilado puntualmente, especialmente en todo el proceso de adquisición de bienes y servicios. En el caso de los seguros, se impone la urgencia de aplicar un esquema óptimo que permita el acceso de todos los agentes involucrados en el sector para alentar precisamente la sana competencia y las mejores alternativas, como invoca uno de los principios básicos de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.
El problema es que parece que nada de esto está sucediendo. Por lo tanto, ahora que el nuevo gobierno está empeñado en una campaña de racionalización de gastos del sector estatal, transparencia en su gestión e independencia de grupos de poder, se espera que no caiga en los errores incurridos por la administración de Toledo y demuestre que efectivamente existe cambios positivos en la gestión gubernamental.
Gran noticia en ese sentido sería una convocatoria pública de los seguros a contratarse en breve, por ejemplo, en el Ministerio de Defensa, Ministerio del Interior y en las compras corporativas de seguros que plantea realizar el Estado.
© ECONOMIA&CIFRAS
Investigación, Análisis e Información Económica
Miguel Ángel Risco
Director
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